En un momento tan difícil como este donde una pandemia mundial ralentiza la economía, es fundamental tener claro el papel que desempeñan en este escenario las empresas.
Las empresas están expuestas a diversos riesgos estratégicos y operacionales como el retraso o la interrupción del suministro de materias primas, cambios en el comportamiento de la demanda, incremento en los costes, incidencias de carácter logístico con retraso en entregas, el reto de garantizar la seguridad de los empleados, etc.
Para poder actuar de manera eficaz sobre esta nueva realidad, a continuación exponemos varias líneas de trabajo a tener en cuenta:
-
Crear un equipo de toma de decisiones urgentes y estratégicas:
Cada empresa deberá crear un “Equipo de respuesta a Emergencias” que se encargue de que se tomen las decisiones de la manera mas rápida y acertada posible.
Será necesario que consideren los puntos fuertes y débiles de la empresa al igual que de sus empleados para poder ajustar procesos en momentos de crisis como éste en particular en el ámbito sanitario y de seguridad.
-
Priorizar el bienestar de los empleados
Dada la situación tan delicada y frágil en la que seguimos estando, se recomienda continuar o reforzar las posibilidades de trabajo flexible con la utilización de medios técnicos y tecnológicos disponibles.
También se aconseja mantener el contacto permanente con los empleados con el objetivo de conocer su estado de salud e información personal con total garantía de confidencialidad.
-
Garantizar la seguridad del centro de trabajo
Resulta clave insistir en la seguridad de los entornos del trabajo mediante la limpieza y desinfección de los espacios cumpliendo con los requisitos de gestión de la higiene de las autoridades de salud publica.
La empresa deberá informar sobre seguridad epidémica, establecer normas contrastadas de autoprotección de los empleados y concienciar sobre la seguridad y prevención de riesgos. Se trata de un tema crucial, ya que la aparición de casos o un brote en la empresa, la abocaría a un cierre temporal.
De igual forma, resulta crucial actualizar los mecanismos y el plan de gestión de riesgos de la empresa.
-
Reforzar la responsabilidad social
En estos momentos se debe cuidar la imagen pública de la empresa. Se recomienda hacer pública información corporativa adecuada sobre la crisis.
Es necesario poder aplicar la responsabilidad social de las empresas desde las perspectivas del medio ambiente, la sociedad, la economía y la estabilidad de los empleados, así como coordinar las relaciones con la comunidad y proveedores.
-
Revisar la estrategia y planteamiento de futuro de la empresa
Por último pero no menos importante, a pesar de los enormes retos en el corto plazo, no debemos olvidar la propia necesaria adaptación de las empresas a las consecuencias de esa crisis, para lo cual resulta crucial ejecutar y planificar en base a diferentes escenarios, aprovechar las oportunidades que surgirán así como dejar un espacio para “pensar fuera de la caja” como palancas de futuro.
Se trata de hablar y escuchar a los clientes con el fin de adoptar las soluciones que se perciban como tendencias de futuro y que, esta crisis ha evidenciado que han venido para quedarse, prepararse para posibles crisis venideras y entrenar a los equipos en el uso de las herramientas creativas y de innovación que les permitan aplicar nuevos enfoques y detectar nuevas oportunidades.